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El fragmento, de primeras es dificil de digerir, tiene algo que nos indigna, que no podemos admitir, sentimos algún tipo de injusticia ¿por qué?, porque llevamos muy dentro y aprendida la meritocracia (o dinámicas del merecimiento), que es el tema a tratar y sobre el que aún no soy capaz de ver todas sus dimensiones e implicaciones en nuestro dia a dia.  

Si veo claro que nuestra relación con el merecimiento se aprende, que no tiene porque ser igual en cada aspecto de nuestra vida y que es común que cambie a medida que nos hacemos mayores. Esta dinámica puede ir en 2 direcciones opuestas, cuando creemos que merecemos de más y exigimos continuamente porque nunca nos llenamos o cuando creemos que merecemos de menos y exigimos por debajo de lo que nos corresponde.  Ambas dinámicas acaban en la misma sensación de insatisfacción, pudiendo, por ejemplo, ser muy exigentes con nuestras parejas y muy poco con el trabajo, muy exigentes con lo que viene de mamá pero nada con lo que viene de papá, etc.

En el tarot, el merecimiento lo representan las Copas que son nuestro centro emocional, por lo que tendrá relación directa con sentirnos o no amados, sentirnos o no vistos (siempre la importancia de la mirada para nuestra parte infantil).  Al final lo que rechazamos es porque sentimos que no merece nuestro amor, nuestra mirada, lo que rechazamos no se ha ganado el derecho a pertenecer, no merece ser amado. Y este es un punto en el que incidir ya que al leer el texto sentimos que los braceros que trabajaron mas horas merecen mas dinero ya que su esfuerzo ha sido mayor, aunque en realidad recibieron exactamente lo que pactaron. Todos los trabajadores cobraron lo mismo independientemente de su tiempo y esfuerzo, ninguno se merecía más ni menos, era un pacto igualitario, todos fueron mirados con el mismo Amor, cosa que no gusta al que considera que hizo más. Poniendo un ejemplo sistémico habitual, la frases internas aquí serían: “si yo soy el hijo bueno y hago lo que esperan de mi, lógicamente merezco más Amor y reconocimiento que mi hermana que casi nunca lo hace”, esta lógica aplicadla a todo tipo de situaciones que se os ocurra. A muchos nos dijeron de pequeños “si apruebas todos los examenes te compramos la bicicleta”, “si te comes todo podrás ir a jugar” y después de adultos funcionamos de manera muy similar diciendonos internamente, “solo si pierdo 5 kg me premiaré con esos dulces”, “solo si he trabajado con el suficiente esfuerzo y sacrificio me tomaré unos dias de descanso”, “solo si mis padres aprueban a mi pareja continuare con ella”, “solo merezco el cariño de esta persona si hago todo lo que espera de mi”. Todo pasa por un filtro en el que si no hago X cosa no puedo acceder al premio, si no llego a cierto parámetro no soy merecedor y claro cuando sentimos que cumplimos los requisitos exigimos al mundo entero nuestra recompensa, una especie de derechos individuales adquiridos.

Como decía, la dinámica del merecimiento puede ir en 2 direcciones opuestas aunque iguales, cuando exigimos más de lo que recibimos (dinámica perpetradora) en una insatisfacción continua porque consideramos que merecemos mas y luchamos sin descanso hasta que somos vistos o al contrario exigiendo menos de lo que nos corresponde (dinámica víctima) escondiendonos de ser vistos pero al final con la misma sensación de insatisfacción . Donde empiezan a germinar todas estas dinámicas es en nuestra hermandad (aunque seamos hijos únicos), ya que ahí comenzamos a vivir cosas que sentimos como injustas, nos comparamos, nos sentimos mas o menos vistos, sentimos que el orden en el que nos ha tocado nacer no nos gusta porque nuestro hermano lo ha tenido más facil, porque a nuestra hermana le permiten más o porque al ser hijo único siento que he  recibido demasiado. De ahí que nuestro trabajo a realizar de adultos sea tomar todo lo que se nos ha dado y lo que no sin filtrar, hasta sentir que se nos ha dado lo suficiente (palabra clave aquí), todo lo que necesitamos, sin seguir buscando esa mirada que apruebe todos nuestros movimientos porque en lo profundo todos los padres aman por igual a cada hermano aunque no lo sintamos así.

Al final  el mensaje del capítulo, la buena noticia en terminos mas espirituales, es que la Vida (Espíritu, Dios, Universo etc) nos ama a todos por igual, todos tenemos el mismo derecho a estar, todos somos mirados, ninguna vida es mas importante que otra, todas son sagradas aunque esto choque en nosotros al vivir la realidad. La otra buena noticia, como bien se explica, es que no hay que hacer nada especial para que eso sea así, no hay que merecerse el estar vivo aquí y ahora, no hay que hacer un sobresfuerzo diario en cada área de la Vida, no hay que ser el número uno en nada  porque en el fondo lo único que buscamos llenos de miedo es una mirada que nos haga volver a sentir que no somos invisibles, una mirada amorosa que contenga todo lo que nos falto para poder seguir agarrados a la cornisa un poco más y no sentir la caida a lo desconocido, cuando en realidad lo único importante es ser llamado para bracear, ser llamado a compartir esta experiencia, ser llamado a vivir completamente porque la recompensa final será la misma para todes, cosa totalmente contraria a la meritocracia actual.

Un ejercicio muy potente y sencillo con este tema es, mediante una visualización en principio con nuestros padres (si no has conocido a alguno de ellos te puedes imaginar que aparece ante ti igualmente) y después lo podemos ampliar a todos lo que estuvieron antes que ellos, como tios, abuelos y bisabuelos. Simplemente con los ojos cerrados, en un lugar relajado y después de hacer algunas respiraciones profundas, visualiza primero a tu madre y prueba a decirle “Mama hiciste lo suficiente, ahora del resto me hago cargo yo”. Fíjate como reacciona tu cuerpo al decírselo y siente que recibe el mensaje y después puedes probar con tu padre, abuelos, etc para con el tiempo, poder hacerlo de manera grupal con todo el árbol que es anterior a ti ya que un Orden del Amor es que lo que estaban antes dan y los que vienen después reciben, asi que no lo hagas así con hermanos pequeños, sobrinos, nietos o hijos.

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Bruno Hernanz

Bruno Hernanz

Hace unos años estudie teoría sistémica, junto a Constelaciones Familiares y Biodescodificación utilizando como herramientas el tarot y muñecos, ahora lo aplico para escribir, de vez en cuando, pequeñas reflexiones utilizando como excusa el Evangelio.

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